Nosotros los cultos,
nosotros los refinados, nosotros los que no nos quedamos con aquellas
cosas sencillas que todo mundo quiere. Aquellos que escuchamos rock
independiente y comemos comida orgánica y slow food. Nosotros los
que leemos los clásicos, la poesía de jóvenes autores
transgresores y James Joyce (aunque nunca hayamos terminado de leer
el Ulysses). Nosotros los que somos un asqueroso puñado de caqueros
desagradables. Y es que el incremento del conocimiento, en muchos
casos, hace que el ser humano no mejore en su totalidad sino que se
convierta en un terrible monstruo. Por que como me dijeron en su
momento, no podemos crecer solamente una arista de nuestra vida
puesto que nos convertimos en seres deformes y orgullosos de hacer de
menos a aquellos que no llegan al nivel de nuestro deformismo.
Escuchaba a Zoé y
su quemadísimo Unplugged y vino a mi cabeza un meme en donde
mostraban a una larga lista de bandas independientes, muy buenas por
cierto, y luego mostraban a Zoé como una opción wannabe de ellas.
Y me dije a mi mismo, ¿Qué hace que una banda sea buena y que me
haga mejor que el resto que no las escuchan o no las conocen? Y fue
entonces que mi cabeza me dio la respuesta, la necia gana de querer
ser mejor que los demás. Por que esto no solo aplica a la música
que escuchamos sino a cada pequeño aspecto de nuestras vidas como
seres diferentes.
Somos verdaderamente
desagradables. ¿Qué nos da la autoridad de desacreditar lo que
otros escuchan, leen, ven o comen? ¿Qué nos hace seres superiores
y olímpicos para dictar lo que otros deben o no escuchar leer, ver o
comer? No digo que mi único referente sea la masa y sus gustos o
preferencias masificadas, pero por qué diablos debo ser un dictador
que imponga sobre aquellos que aún no han descubierto lo que deben
hacer.
Pero, y entonces me
pregunto ¿Habrá algún punto medio válido? Creo que sí y es el
que siempre debimos haber tomado. El conocimiento, la educación y
la formación solo pueden ser consideradas como valiosas y poderosas
cuando se supeditan a la humildad y la capacidad de mantenernos
asombrados. El saber y conocer no debería convertirme en un snob
asquerosamente desagradable sino en alguien que puede transmitir
posibilidades de expansión a otros mientras respeta el mismo proceso
de desmasificación que deben seguir y que en algún momento
seguimos. Por que también nosotros fuimos parte de todo eso que
criticamos y quizás por ello es que huimos de forma tan vehemente
como lo hacemos ahora.
Se trata de
compartir mas, de aprender más, de disfrutar más. No de
convertirnos en monstruos igual de totalitarios que aquellos que
criticamos.
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